martes, 17 de junio de 2008

Me Gusta Escribir Cosas Tristes...


Me gusta escribir cosas tristes. Me atrae leer cosas tristes, me gusta escuchar cosas tristes, me atrae mirar cosas tristes, me gusta oler cosas tristes, me atrae tocar cosas tristes.

Estoy en la calle, voy en un carro, parado ante la luz roja, miro el carro que está a mi lado. Una lagrima sale de los ojos de una mujer, rueda hasta su mejilla, sigue hasta su barbilla y luego se cae en alguna parte de su cuerpo . Lagrima despreciada, abandonada, no atendida, fruto, al parecer, del dolor mas profundo de su corazón. La mujer, desesperada, sigue llorando, ya no solo es una lágrima, decenas de ellas se pierden en su ropa. Las miro, me intrigan, se pierden en su ropa sin antes haber sido asimiladas, cuestionadas, interrogadas por mí. La luz ahora está verde, la mujer se seca ágilmente la cara, prefiere olvidar, pretende huir de la tristeza.


Me gusta escribir cosas tristes, talvez porque no soy más que un aburrido joven, perenne melancólico inconsolable al cual la vida ha colocado en una serie interminable de episodios donde la protagonista parece ser la tristeza.

Enrique la dejó, ahora Maria está sola. Está parada en la ventana mirando el horizonte. Esta lloviendo. Ella sueña con que él venga bajo la lluvia arrepentido y que sin decir palabra, mojado, la sumerja en un eterno abrazo. Ella también está llorando, esperando que regrese aquel hombre que al irse le dejo de regalo una pena amarga, por mi llamada tristeza.

Me gusta escribir cosas tristes, me gusta tanto que hay cierto placer incompresible en mi corazón cuando digo la palabra “tristeza”. Entonces, a continuación, emerge en mi interior algo parecido a un orgasmo nunca consumado, la verdad es que no sé si será mejor tener un éxtasis que nunca termina, tibio y débil a no tener nada.

Enrique ahora está a cientos de kilómetros de Maria. Cree que ella no lo quiere, desde hace meses está más fría y distante. Parece que todo su mundo se acaba si también se acabara su vida con Maria. Enrique ahora está en una playa solitaria a la luz del crepúsculo, tirado en el suelo, mojado en lagrimas, con la cara hinchada y la mirada fija como en el limbo y triste igual que Maria. Menuda tristeza, innecesaria, pero al fin y al cabo tristeza todavía.

“La mirada melancólica encierra la más grande de las bellas tristezas”.

Me gusta escribir cosas tristes y es que pienso que la tristeza es la realidad más palpable en nuestras vidas, admiro los escritores que osan escribir cosas tristes, verdades o mentiras. No me gustan las películas de amores perfectos como en cuentos de hadas o películas de acción y heroísmo. No son mas que una farsa. Rara vez un hombre salva a una mujer como “Indy”, el protagonista de la película Indiana Jones. Prefiero algo como el Tictanic, donde lo realmente extraordinario y fantástico tiene su fin en las profundidades del océano. Esa es la vida . La tristeza es lo único que se nos ofrece con seguridad en la vida. ¿Acaso tenemos felicidad cuando queremos? ¿O amor o alegría?

“Tristeza es ese sentimiento que te deja el amor después de haberlo perdido”


Juanita está sentada en la escalera del patio. Dentro de la casa, su madre le pega a su padre, su padre le pega a su madre. Su madre comenzó, su madre es la culpable de todo. Su madre encabeza disturbios en su presencia por causa de las drogas. Juanita comienza a pensar que su madre no la quiere. Juanita está llorando.

“Sólo tristezas nos nublan haciéndonos dudar, sólo tristezas nos visitan y nos hacen llorar”.

Os voy a ser sincero: no prefiero la tristeza que la alegría. La tristeza fácil, fiel, afable. La alegría ardua, escrupulosa, altiva, orgullosa. Si, prefiero la alegría, pero no le huyo a mis tristezas. Todas las cosas tienen su final, como final tiene la alegría, final tiene tristeza.




Me gusta escribir cosas tristes

7 comentarios:

Reinaldo del Orbe dijo...

Las cosas tristes son la belleza de la literatura.

Canis Dei dijo...

A mí me gusta el veneno de la angustia, la manipulación de la congoja. Disfruto la constricción en el pecho de una anciana que camina por una calle llena de gente, que también está triste porque la han visto sollozar entre la dentadura postiza y los zapatos mustios.
Conozco el dolor del cuerpo que viene del alma. Las lágrimas son piezas del recuerdo, engranaje de la historia, lubricante del espíritu y reflejo de la pasión. Sin ellas no hay memorias, preciado tesoro incierto.

Juan dijo...

Excelente, la verdad me impresionó, muy bueno, eres todo un escritor, Te felicito.

Unknown dijo...

Estoy casi sin palabras!!
nunca creí posible que se pudiera canalizar la tristeza de esa forma!
esta chulisimo!

yordan02 dijo...

esto esta super cool tienes un gran futuro te deceo todo el exito de mundo amigo

Anónimo dijo...

Hola, me ha sorprendido tu escrito, pero aún más esa fotografía ¿De dónde la has sacado?
Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola:
Por acierto de mi mezquina suerte encontré lo que escribiste...luego de una noche en la que mis lagrimas también se perdieron entre mis ropas por que ya a nadie le interesa, nisiquiera a mi...sabés?la tristeza es la mejor de las amigas; siempre viene a visitarte aún cuando no la necesitás; es lo único que no se puede fingir, es lo único que es de verdad...y es lo más personal de cada uno aunque habite en todo ser del mundo...gracias a todos los dioses no se puede compartir por que uno se vuelve extrañamente egoista...já...como si fuese cierto.
Saludos y felicitaciones!
Pd:Para no ser una persona anónima, mi nombre es Ana.